Cómo conseguir unos graves definidos y un low end potente en tus mezclas
Los graves son una parte esencial de cualquier producción musical, ya sea de rock, pop, hip hop, electrónica o cualquier otro género. Los graves aportan peso, profundidad, calidez y energía a las canciones, y son los responsables de hacer vibrar los altavoces y los cuerpos de los oyentes.
Sin embargo, conseguir unos graves definidos y un low end potente no es una tarea fácil. Los graves son una de las frecuencias más difíciles de controlar y de mezclar, ya que pueden generar problemas de enmascaramiento, resonancias, distorsión, falta de claridad y desequilibrio en el espectro sonoro.
Por eso, en este artículo te voy a dar algunos consejos y técnicas para que puedas conseguir unos graves definidos y un low end potente en tus mezclas, sin comprometer la calidad ni la coherencia de tu sonido.
¿Qué son los graves y el low end?
Antes de entrar en materia, vamos a definir qué son los graves y el low end, y qué diferencias hay entre ellos.
Los graves son las frecuencias más bajas del espectro sonoro, que van desde los 20 Hz hasta los 250 Hz aproximadamente. Dentro de los graves, podemos distinguir entre el subgrave (20-60 Hz), el grave profundo (60-100 Hz) y el grave medio (100-250 Hz).
El low end es un término más subjetivo y relativo, que se refiere a la parte más baja del rango de frecuencias de un sonido o de una mezcla. El low end puede variar según el género musical, el tipo de instrumento, el contexto y el gusto personal, pero por lo general se sitúa entre los 20 Hz y los 150 Hz.
¿Por qué son importantes los graves y el low end?
Los graves y el low end son importantes por varias razones:
- Los graves son los que dan cuerpo, solidez y pegada a los elementos rítmicos, como el bombo, el bajo, la caja y los toms.
- Los graves son los que crean la sensación de profundidad y de espacio tridimensional en una mezcla, al generar contrastes con las frecuencias más altas.
- Los graves son los que transmiten la emoción, la intensidad y la energía de una canción, al estimular el sistema nervioso y el ritmo cardíaco de los oyentes.
- El low end es el que determina el carácter, el estilo y el impacto de una producción musical, al definir el tono, la textura y la dinámica de los graves.
¿Qué problemas pueden surgir con los graves y el low end?
Los graves y el low end también pueden generar algunos problemas si no se tratan adecuadamente, como por ejemplo:
- Enmascaramiento: se produce cuando dos o más sonidos comparten el mismo rango de frecuencias, y uno de ellos oculta o reduce la audibilidad del otro.
- El enmascaramiento es muy común en los graves, ya que hay muchos elementos que compiten por el mismo espacio sonoro, como el bombo, el bajo, los teclados, las guitarras, etc.
- Resonancias: se producen cuando una frecuencia se refuerza o se amplifica de forma excesiva, debido a la acústica de la sala, al diseño de los altavoces, a la posición de los micrófonos o a la propia naturaleza del sonido. Las resonancias pueden generar picos o valles en el espectro sonoro, que alteran el balance y la claridad de la mezcla.
- Distorsión: se produce cuando una señal de audio supera el nivel máximo que puede soportar un dispositivo o un sistema, y se deforma o se recorta. La distorsión puede ser intencional o accidental, pero en cualquier caso puede afectar negativamente a la calidad y a la definición de los graves.
- Falta de claridad: se produce cuando los graves son demasiado débiles, demasiado fuertes, demasiado sucios o demasiado difusos, y no se perciben con nitidez ni con detalle. La falta de claridad puede hacer que los graves suenen apagados, emborronados, fangosos o incoherentes.
- Desequilibrio: se produce cuando los graves no están bien integrados con el resto de la mezcla, y se crean contrastes o discrepancias entre las diferentes frecuencias. El desequilibrio puede hacer que los graves suenen desproporcionados, desubicados, desenfocados o desconectados.
¿Cómo conseguir unos graves definidos y un low end potente?
Para conseguir unos graves definidos y un low end potente, hay que tener en cuenta varios aspectos, como la grabación, la edición, el procesamiento, la monitorización y la referencia. A continuación, te explico algunos consejos y técnicas para cada uno de ellos.
Grabación
La grabación es la primera y la más importante etapa para conseguir unos buenos graves, ya que es donde se capta la fuente sonora original y se determina su calidad y su carácter. Para grabar unos graves definidos y un low end potente, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Elige bien el instrumento, el amplificador, el micrófono y el previo que vas a usar, según el sonido que quieras conseguir y el género musical que estés trabajando. Cada uno de estos elementos tiene su propia respuesta en frecuencia, su propia coloración y su propia personalidad, que pueden afectar al resultado final de los graves.
- Coloca el micrófono de forma adecuada, según la distancia, el ángulo y el punto de captación que quieras usar. La posición del micrófono puede cambiar drásticamente el sonido de los graves, ya que puede captar más o menos presencia, más o menos profundidad, más o menos brillo, etc.
- Ajusta el nivel de entrada de forma óptima, sin que la señal se distorsione ni se sature, pero tampoco sin que sea demasiado baja ni demasiado ruidosa. El nivel de entrada puede afectar a la dinámica, al rango y a la definición de los graves, así como a la relación señal/ruido.
- Usa una sala adecuada, que tenga una buena acústica, que esté bien acondicionada y que no genere resonancias ni reflexiones indeseadas. La sala puede influir mucho en el sonido de los graves, ya que puede realzar o atenuar ciertas frecuencias, crear modos propios o interferencias, etc.
Edición
La edición es la segunda etapa para conseguir unos buenos graves, ya que es donde se limpia, se corta, se alinea y se compone la señal grabada. Para editar unos graves definidos y un low end potente, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Limpia la señal de ruidos, silbidos, chasquidos, golpes, respiraciones, etc., que puedan ensuciar o interferir con el sonido de los graves. Puedes usar herramientas como el noise gate, el de-esser, el de-clicker, el de-noiser, etc.
- Corta la señal de forma precisa, eliminando las partes innecesarias o redundantes, y dejando solo lo esencial. Puedes usar herramientas como el fade in, el fade out, el crossfade, el trim, etc.
- Alinea la señal de forma sincronizada, evitando los desfases, los desajustes o los desplazamientos temporales que puedan afectar al groove, al ritmo o a la fase de los graves. Puedes usar herramientas como el quantize, el warp, el nudge, el slip, etc.
- Compone la señal de forma creativa, usando técnicas como el layering, el doubling, el reamping, el sampling, etc., que puedan enriquecer, reforzar o variar el sonido de los graves. Puedes usar herramientas como el sampler, el looper, el reamp box, el virtual instrument, etc.
Procesamiento
El procesamiento es la tercera etapa para conseguir unos buenos graves, ya que es donde se moldea, se realza, se controla y se mezcla la señal editada. Para procesar unos graves definidos y un low end potente, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Moldea la señal con el ecualizador, recortando las frecuencias innecesarias o conflictivas, realzando las frecuencias clave o características, y creando contrastes y espacios entre los diferentes elementos. Puedes usar herramientas como el high-pass filter, el low-pass filter, el shelf filter, el peak filter, el notch filter, etc.
- Realza la señal con el compresor, controlando la dinámica, el rango y el nivel de los graves, y haciendo que suenen más consistentes, más presentes y más potentes. Puedes usar herramientas como el threshold, el ratio, el attack, el release, el make-up gain, el knee, etc.
- Controla la señal con el limitador, evitando que los picos o los transitorios de los graves superen el nivel máximo permitido, y previniendo la distorsión, el clipping o el pumping. Puedes usar herramientas como el ceiling, el input gain, el lookahead, el release, etc.
- Mezcla la señal con el balance, el panorama, el volumen y la automatización, integrando los graves con el resto de la mezcla, y creando una imagen estéreo equilibrada, coherente y envolvente. Puedes usar herramientas como el fader, el pan, el mute, el solo, el send, el return, etc.
Monitorización
La monitorización es la cuarta etapa para conseguir unos buenos graves, ya que es donde se escucha, se evalúa y se corrige la señal procesada. Para monitorizar unos graves definidos y un low end potente, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Usa unos buenos altavoces o auriculares, que tengan una buena respuesta en frecuencia, una buena reproducción del sonido y una buena calidad de construcción. Los altavoces o auriculares son los que te permiten escuchar los graves y el low end, y por tanto son fundamentales para tomar decisiones acertadas.
- Usa un buen subwoofer, que te ayude a escuchar y a sentir las frecuencias más bajas del espectro sonoro, que muchas veces no son audibles con los altavoces o auriculares convencionales. El subwoofer es un complemento muy útil para trabajar los graves y el low end, pero hay que usarlo con cuidado y con moderación, para no exagerar ni desequilibrar la mezcla.
- Usa un buen analizador de espectro, que te muestre de forma gráfica y numérica el comportamiento de las frecuencias, los niveles y la fase de los graves y el low end. El analizador de espectro es una herramienta muy valiosa para complementar el oído y para detectar y corregir problemas que a veces no son evidentes con la escucha.
- Usa una buena sala, que tenga una buena acústica, que esté bien acondicionada y que no genere resonancias ni reflexiones indeseadas. La sala es el entorno donde se escucha la mezcla, y por tanto puede influir mucho en la percepción y en la evaluación de los graves y el low end.
Referencia
La referencia es la quinta y última etapa para conseguir unos buenos graves, ya que es donde se compara, se contrasta y se ajusta la señal monitorizada. Para referenciar unos graves definidos y un low end potente, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Usa unas buenas canciones de referencia, que sean de tu mismo género musical, que tengan una buena calidad de producción y que tengan unos graves y un low end que te gusten y que quieras emular. Las canciones de referencia son una guía muy útil para orientarte y para inspirarte a la hora de trabajar los graves y el low end.
- Usa unos buenos sistemas de reproducción, que sean variados, que sean representativos y que sean los que usan tus potenciales oyentes. Los sistemas de reproducción son los que te permiten comprobar cómo suenan tus graves y tu low end en diferentes contextos y en diferentes condiciones, y por tanto son imprescindibles para hacer ajustes y para asegurar la compatibilidad y la traducción de tu mezcla.
- Usa un buen criterio, que sea objetivo, que sea crítico y que sea honesto. El criterio es el que te permite juzgar y valorar tus graves y tu low end, y por tanto es el que determina la calidad y el éxito de tu trabajo.
En este artículo te he explicado cómo conseguir unos graves definidos y un low end potente en tus mezclas, siguiendo cinco etapas: grabación, edición, procesamiento, monitorización y referencia. Te he dado algunos consejos y técnicas para cada una de ellas, y te he mostrado algunas herramientas que puedes usar para facilitar tu trabajo.
Los graves y el low end son una parte esencial de cualquier producción musical, y por eso hay que tratarlos con cuidado y con atención. Si sigues estos pasos, podrás conseguir unos graves definidos y un low end potente, que aporten peso, profundidad, calidez y energía a tus canciones, y que hagan vibrar los altavoces y los cuerpos de los oyentes.
Como técnico de mezcla y masterización, estudio todas las posibilidades para alzar tu música al siguiente nivel, ofreciendo mis servicios a través de este enlace.