Las 5 progresiones de acordes más utilizadas en la música popular y cómo usarlas

 

¿Te gustaría aprender a tocar cientos de canciones con solo unos pocos acordes? ¿Quieres componer tus propias melodías y armonías con facilidad? ¿Te interesa conocer los secretos de la música popular y sus patrones armónicos? Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, este artículo es para ti.

 

En este artículo, te vamos a mostrar las 5 progresiones de acordes más utilizadas en la música popular, desde el rock al pop, pasando por el blues, el jazz o el reggae. Estas progresiones son combinaciones de acordes que se repiten a lo largo de una canción y que crean una sensación de coherencia y unidad. Además, te explicaremos cómo funcionan estas progresiones, qué efecto emocional tienen y cómo puedes aplicarlas a tu propio estilo musical.

 

Para entender mejor estas progresiones, te recomendamos que tengas algunos conocimientos básicos de teoría musical, como las escalas mayores y menores, los grados de una escala, los intervalos y las funciones armónicas. Si no los tienes, no te preocupes, puedes consultar nuestro artículo sobre teoría musical básica para ponerte al día.

 

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¿Qué son las progresiones de acordes y por qué son importantes?

 

Una progresión de acordes es una serie de acordes que se suceden en un orden determinado y que forman la base armónica de una canción. Los acordes son grupos de notas que suenan simultáneamente y que crean una armonía. Los acordes más comunes son las tríadas, que se forman con tres notas: la tónica, la tercera y la quinta. Estas notas pueden ser mayores o menores, según la distancia que haya entre ellas.

 

Los acordes se pueden construir a partir de las notas de una escala, que es un conjunto ordenado de notas que pertenecen a una misma tonalidad. La tonalidad es el conjunto de reglas que determinan qué notas suenan bien juntas y qué notas crean tensión o resolución. La tonalidad más habitual es la mayor, que se forma con siete notas: do, re, mi, fa, sol, la y si. A partir de estas notas, se pueden formar siete acordes diferentes, uno por cada grado de la escala. Estos acordes se representan con números romanos que indican su posición en la escala y su calidad (mayor o menor). Así, los acordes de la escala mayor son: I (mayor), ii (menor), iii (menor), IV (mayor), V (mayor), vi (menor) y vii (disminuido).

 

Las progresiones de acordes son importantes porque nos permiten crear canciones con sentido y coherencia. Cada acorde tiene una función armónica dentro de la tonalidad, es decir, un papel que cumple en relación con el resto de los acordes. Algunos acordes tienen una función tónica, que significa que son el centro de gravedad de la tonalidad y que crean una sensación de reposo y estabilidad. Otros acordes tienen una función subdominante, que significa que preparan el camino hacia el siguiente acorde y que crean una sensación de movimiento y transición. Y otros acordes tienen una función dominante, que significa que generan una tensión que necesita ser resuelta por el siguiente acorde y que crean una sensación de expectativa y sorpresa.

 

Al combinar estos acordes según su función armónica, podemos crear progresiones de acordes que nos transmiten diferentes emociones y sensaciones. Algunas progresiones son muy comunes y se repiten en muchos géneros musicales, mientras que otras son más originales y nos sorprenden por su creatividad. A continuación, vamos a ver algunas de las progresiones más utilizadas en la música popular y cómo podemos usarlas para crear nuestras propias canciones.

 

Las 5 progresiones de acordes más utilizadas en la música popular

 

Aunque hay muchas posibles combinaciones de acordes, hay algunas que se han convertido en clásicos de la música popular y que se pueden encontrar en cientos de canciones de diferentes estilos. Estas progresiones tienen la ventaja de que son fáciles de tocar, de recordar y de adaptar a diferentes contextos. Además, tienen un efecto emocional muy potente y nos conectan con la memoria musical colectiva. Veamos cuáles son estas progresiones y cómo podemos usarlas.

 

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1. I-V-vi-IV

 

Esta es, sin duda, la progresión de acordes más famosa y más usada de la historia de la música popular. Consiste en alternar los acordes I, V, vi y IV de la escala mayor, que son los acordes más estables y consonantes de la tonalidad. Esta progresión crea una sensación de equilibrio, alegría y optimismo, y se adapta muy bien a canciones pop, rock, folk o reggae.

 

Algunos ejemplos de canciones que usan esta progresión son: Let it be de The Beatles, No woman no cry de Bob Marley, I’m yours de Jason Mraz o Someone like you de Adele. Como puedes ver, esta progresión es muy versátil y se puede usar tanto para canciones lentas como rápidas, tanto para canciones tristes como alegres.

 

Para usar esta progresión en tu propia música, solo tienes que elegir una tonalidad mayor y tocar los acordes correspondientes. Por ejemplo, si eliges la tonalidad de do mayor, los acordes serían: do mayor (I), sol mayor (V), la menor (vi) y fa mayor (IV). Puedes variar el ritmo, el tempo, el estilo y la melodía para crear tu propia canción con esta progresión.

 

2. vi-IV-I-V

 

Esta progresión es una variación de la anterior, solo que empieza por el acorde vi en lugar del I. Esto le da un toque más melancólico y nostálgico a la progresión, ya que el acorde vi es menor y crea una sensación de tristeza o añoranza. Esta progresión se usa mucho en canciones pop, rock o baladas.

 

Algunos ejemplos de canciones que usan esta progresión son: Don’t stop believin’ de Journey, Halo de Beyoncé, Apologize de OneRepublic o Bleeding love de Leona Lewis. Como puedes ver, esta progresión es ideal para canciones románticas o emotivas.

 

Para usar esta progresión en tu propia música, solo tienes que elegir una tonalidad mayor y tocar los acordes correspondientes. Por ejemplo, si eliges la tonalidad de sol mayor, los acordes serían: mi menor (vi), do mayor (IV), sol mayor (I) y re mayor (V). Puedes variar el ritmo, el tempo, el estilo y la melodía para crear tu propia canción con esta progresión.

 

3. I-vi-ii-V

 

Esta progresión es una de las más usadas en el jazz y en el swing, ya que tiene un aire sofisticado y elegante. Consiste en alternar los acordes I, vi, ii y V de la escala mayor, que son los acordes más relacionados entre sí por su función armónica. Esta progresión crea una sensación de movimiento circular y de anticipación al siguiente acorde.

 

Algunos ejemplos de canciones que usan esta progresión son: I got rhythm de George Gershwin, Cheek to cheek de Irving Berlin, Fly me to the moon de Bart Howard o All of me de Gerald Marks y Seymour Simons. Como puedes ver, esta progresión es perfecta para canciones con un toque clásico y refinado.

 

Para usar esta progresión en tu propia música, solo tienes que elegir una tonalidad mayor y tocar los acordes correspondientes. Por ejemplo, si eliges la tonalidad de re mayor, los acordes serían: re mayor (I), si menor (vi), mi menor (ii) y la mayor (V). Puedes variar el ritmo, el tempo, el estilo y la melodía para crear tu propia canción con esta progresión.

 

4. vi-V-IV-III

 

Esta progresión es una de las más usadas en el rock y en el pop, ya que tiene un aire moderno y dinámico. Consiste en alternar los acordes vi, V, IV y III de la escala mayor, que son los acordes más alejados entre sí por su función armónica. Esta progresión crea una sensación de contraste, energía y sorpresa.

 

Algunos ejemplos de canciones que usan esta progresión son: Every breath you take de The Police, With or without you de U2, Poker face de Lady Gaga o Someone you loved de Lewis Capaldi. Como puedes ver, esta progresión es muy efectiva para canciones con un toque dramático y emocionante.

 

Para usar esta progresión en tu propia música, solo tienes que elegir una tonalidad mayor y tocar los acordes correspondientes. Por ejemplo, si eliges la tonalidad de la mayor, los acordes serían: fa# menor (vi), mi mayor (V), re mayor (IV) y do# mayor (III). Puedes variar el ritmo, el tempo, el estilo y la melodía para crear tu propia canción con esta progresión.

 

5. i-VI-III-VII

 

Esta progresión es una de las más usadas en el metal y en el rock duro, ya que tiene un aire oscuro y potente. Consiste en alternar los acordes i, VI, III y VII de la escala menor natural, que son los acordes más disonantes y tensos de la tonalidad. Esta progresión crea una sensación de agresividad, fuerza y misterio.

 

Algunos ejemplos de canciones que usan esta progresión son: Enter sandman de Metallica, The trooper de Iron Maiden, Crazy train de Ozzy Osbourne o Boulevard of broken dreams de Green Day. Como puedes ver, esta progresión es perfecta para canciones con un toque duro y rebelde.

 

Para usar esta progresión en tu propia música, solo tienes que elegir una tonalidad menor natural y tocar los acordes correspondientes. Por ejemplo, si eliges la tonalidad de mi menor natural, los acordes serían: mi menor (i), do mayor (VI), sol mayor (III) y re mayor (VII). Puedes variar el ritmo, el tempo, el estilo y la melodía para crear tu propia canción con esta progresión.

 

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Preguntas frecuentes sobre las progresiones de acordes

 

A continuación, te respondemos algunas de las preguntas más frecuentes que nos hacen nuestros lectores sobre las progresiones de acordes y cómo usarlas en la música popular.

 

¿Qué es una cadencia?

 

Una cadencia es una combinación de dos o más acordes que se usa para finalizar una frase musical o una sección de una canción. Las cadencias tienen un efecto de cierre o conclusión, ya que resuelven la tensión armónica creada por los acordes anteriores. Hay diferentes tipos de cadencias según el grado de resolución que tengan. Las más comunes son:

 

  • Cadencia perfecta: consiste en pasar del acorde V al I. Es la cadencia más fuerte y definitiva, ya que resuelve la tensión dominante-tonal por excelencia.

 

  • Cadencia plagal: consiste en pasar del acorde IV al I. Es una cadencia más suave y menos conclusiva que la anterior, ya que resuelve la tensión subdominante-tonal.

 

  • Cadencia rota: consiste en pasar del acorde V al vi. Es una cadencia sorprendente e inesperada, ya que rompe la resolución dominante-tonal y crea una sensación de ambigüedad o decepción.

 

  • Cadencia suspendida: consiste en pasar del acorde IV al V. Es una cadencia que no resuelve la tensión armónica, sino que la aumenta, creando una sensación de suspense o expectativa.

 

¿Qué es una inversión?

 

Una inversión es una variación de un acorde que se obtiene al cambiar el orden de las notas que lo forman. Normalmente, los acordes se construyen a partir de la tónica, que es la nota más grave y que da el nombre al acorde. Sin embargo, se puede invertir el acorde colocando otra nota como la más grave, ya sea la tercera o la quinta. Esto cambia el sonido y el carácter del acorde, pero no su función armónica.

 

Las inversiones se usan para crear más variedad y riqueza en las progresiones de acordes, así como para facilitar los cambios entre ellos. Por ejemplo, si queremos pasar del acorde do mayor al sol mayor, podemos usar la primera inversión del do mayor, que tiene la nota mi como la más grave. Así, solo tenemos que mover un dedo para cambiar al sol mayor, que tiene la nota sol como la más grave.

 

¿Qué es una modulación?

 

Una modulación es un cambio de tonalidad dentro de una canción. Esto significa que se cambia el conjunto de notas y acordes que se usan para crear la armonía. La modulación se usa para crear más contraste y emoción en las canciones, así como para sorprender al oyente con nuevos colores y sonoridades.

 

Hay diferentes formas de modular de una tonalidad a otra, según el grado de relación que haya entre ellas. Algunas de las modulaciones más comunes son:

 

  • Modulación por tono común: consiste en pasar de una tonalidad a otra que comparta una nota o un acorde. Por ejemplo, se puede modular de do mayor a sol mayor usando el acorde sol mayor como puente entre ambas tonalidades.

 

  • Modulación por movimiento cromático: consiste en pasar de una tonalidad a otra que tenga una nota o un acorde a medio tono de distancia. Por ejemplo, se puede modular de do mayor a re bemol mayor usando el acorde re bemol mayor como puente entre ambas tonalidades.

 

  • Modulación por cambio modal: consiste en pasar de una tonalidad a otra que tenga el mismo centro tonal pero diferente modo. Por ejemplo, se puede modular de do mayor a do menor usando el acorde do menor como puente entre ambos modos.

 

¿Qué es un acorde prestado?

 

Un acorde prestado es un acorde que no pertenece a la tonalidad original de una canción, sino que se toma prestado de otra tonalidad relacionada. Esto se hace para crear más variedad y color en las progresiones de acordes, así como para generar tensión y sorpresa en el oyente.

 

Los acordes prestados más habituales son los que se toman prestados del modo paralelo de la tonalidad original. El modo paralelo es el que tiene el mismo centro tonal pero diferente escala. Por ejemplo, si la tonalidad original es do mayor, el modo paralelo es do menor. Algunos de los acordes prestados del modo paralelo son: ii (re menor), iv (fa menor), bVI (la bemol mayor) o bVII (si bemol mayor).

 

¿Qué es un acorde alterado?

 

Un acorde alterado es un acorde que tiene alguna nota modificada por medio de un signo alteración (# o b). Esto se hace para crear más tensión y disonancia en los acordes, así como para facilitar los movimientos cromáticos entre ellos. Los acordes alterados más comunes son los que tienen alguna nota aumentada o disminuida.

 

Los acordes alterados se usan mucho en el jazz y en el blues, ya que le dan un toque más sofisticado y expresivo a las progresiones de acordes. Algunos ejemplos de acordes alterados son: V7b9 (sol séptima bemol novena), V7#9 (sol séptima sostenido novena), V7b5 (sol séptima bemol quinta) o V7#5 (sol séptima sostenido quinta).

 

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Resumen y conclusión

 

En este artículo, te hemos mostrado las 5 progresiones de acordes más utilizadas en la música popular y cómo usarlas para crear tus propias canciones. Estas progresiones son:

 

  • I-V-vi-IV: una progresión equilibrada, alegre y optimista, ideal para canciones pop, rock, folk o reggae.

 

  • vi-IV-I-V: una progresión melancólica, nostálgica y romántica, perfecta para canciones pop, rock o baladas.

 

  • I-vi-ii-V: una progresión sofisticada, elegante y circular, muy usada en el jazz y en el swing.

 

  • vi-V-IV-III: una progresión moderna, dinámica y sorprendente, muy efectiva para canciones rock y pop.

 

  • i-VI-III-VII: una progresión oscura, potente y misteriosa, muy empleada en el metal y en el rock duro.

 

Además, te hemos explicado algunos conceptos básicos de teoría musical que te ayudarán a entender mejor cómo funcionan estas progresiones, como las escalas mayores y menores, los grados de una escala, las funciones armónicas, las cadencias, las inversiones, las modulaciones, los acordes prestados y los acordes alterados.

 

Esperamos que este artículo te haya sido útil e interesante, y que te animes a practicar estas progresiones con tu instrumento favorito. Recuerda que la música es un arte creativo y que puedes experimentar con diferentes combinaciones de acordes para encontrar tu propio sonido y estilo. Lo importante es que disfrutes del proceso y que expreses tu personalidad a través de la música.

 

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